
Territorio pródigo en bellezas naturales, que ha sido escenario de importantes acontecimientos de la historia nacional; con una rica y variada mezcla cultural, una pujante economía, deliciosa gastronomía y gente de carácter alegre, amable y hospitalario, son sólo algunos de los aspectos que distinguen al estado de Veracruz.
Con una superficie de 72 mil 825 kilómetros cuadrados y un litoral de casi 800 de largo, esta entidad ofrece una inmensa gama de atractivos al visitante, tanto de placer como de negocios, gracias a que cuenta con un agradable clima la mayor parte del año, lo que hace de él un sitio ideal para recorrer en cualquier época.
En cada una de las regiones turísticas en que está dividido Veracruz, existe algo que ofrecer al paseante. Por ello, visítalo durante la próxima temporada vacacional, ya que hay mucho por descubrir que te fascinará.
GRAN VARIEDAD DE PLAYAS
Sin lugar a dudas, el principal motivo para visitar esta entidad, que se encuentra rodeada por los estados de Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Oaxaca y Tabasco, son la gran cantidad de playas que existen a todo lo largo de su costa que baña las aguas del Golfo de México.

Dos de los principales puntos son el puerto de Veracruz y Boca del Río. En el primero, sus playas de fina y suave arena, así como la tranquilidad de sus aguas, son el marco idóneo para realizar múltiples deportes acuáticos. Es necesario tener conocimiento de lo que se hace al practicar alguno de ellos, pero si lo posees, entonces toma visor y tanque de oxígeno para sumergirte en sus aguas y admirar la diversidad de fauna marina y arrecifes de coral que existen en la zona.
Si no eres tan experimentado, otras actividades como la pesca deportiva, te darán la oportunidad de medir tus fuerzas con algún enorme pez, nadar o montar la famosa “banana” te divertirá de igual manera.
Paseo obligado, si te gusta el mar, broncearte y no tienes miedo al mareo, es pasar el día en la Isla de Sacrificios. Toma una lancha y dirígete hacia este lugar para gozar de la brisa marina y el sol, acompañado de una bebida refrescante y un buen platillo de mariscos, sólo para matar el hambre mientras regresas a tierra firme. Frente a sus costas se encuentra el Parque Marino Nacional, parte del Sistema Arrecifal Veracruzano. Si llevas snorkel, visor y eres buen nadador, adéntrate en sus aguas para conocer la fauna marina del lugar.

CIUDAD ALEGRE
Si durante tu estancia en la isla no pudiste ver un solo pez, no te preocupes, para ello está el Acuario de Veracruz, donde puedes apreciar cientos de peces en libre y continuo desplazamiento. Sus instalaciones cuentan con varias exhibiciones, como la Selva de los Tuxtlas, donde podrás apreciar una recreación del ecosistema selvático de esta región del sur de la entidad; especies de Agua Dulce; la Pecera Arrecifal, donde puedes sentarte en unas gradas para ver pasar ejemplares como tiburones gata, meros, raya blanca o de espina, sábalos, barracudas y decenas de cardúmenes multicolores.

En el Tiburonario puedes admirar distintas especies de tiburones con toda seguridad y comprobar por que inspiran tanto temor como fascinación. Asimismo, puedes ver Medusas, Pingüinos y Manatíes, estos últimos, como parte de los esfuerzos de este lugar por preservar esta especie. Para los más pequeños, existe también un show de delfines. Esta abierto de lunes a domingo, a un costo muy accesible y es perfecto para convivir con la familia.
Lugares imprescindibles dentro de la travesía por el puerto son el Baluarte de Santiago, fuerte virreinal “parte del sistema amurallado del Veracruz Colonial”, único sobreviviente de los 9 que se construyeron para defender el puerto de ataques de piratas, corsarios e invasiones.
¿Te cuento una historia curiosa? En este sitio se encuentra un museo que resguarda “Las Joyas del Pescador”. En 1976, un pescador de pulpos, Raúl Hurtado, mientras se sumergía en las aguas del Golfo para buscar moluscos para vender, se encontró en un hueco del lecho marino, con varias barras de oro que habían fundido los españoles de piezas de orfebrería prehispánica.

Mientras escarbaba para sacarlas, aparecieron otras piezas como pendientes, cascabeles, un caballero águila con 3 cascabeles, laminillas de oro, brazaletes, pulseras y un chimalli, todas parecidas a las encontradas en la Tumba 7 de Monte Albán. Se cree que estas joyas eran parte de un cargamento de un navío español que naufrago en esas aguas.
Un amigo cercano del pescador, refiere que en su momento Raúl no se dio cuenta de su hallazgo y como anécdota, comenta que sus hijos usaban las piezas como juguetes, pero una vez que supo lo que tenía, comenzó a vender algunas piezas hasta que las autoridades se enteraron, lo detuvieron y recuperaron 64 objetos. Tres años después lo declararon inocente de robo a la nación. ¡Sorprendente!.
San Juan de Ulúa, por su parte, ha formado parte de la vida veracruzana como isla, muelle, fortaleza, prisión, palacio presidencial y museo, que ha servido para defender a la ciudad del ataque de piratas, corsarios, franceses y hasta norteamericanos, en alguna época de nuestra historia. En este punto desembarcó Hernán Cortés en 1519, fundando aquí la Villa Rica de la Vera Cruz.

Sus paredes, hechas no de piedra, sino de un tipo de coral de la zona, son mudos testigos de la vida al interior, cuando fue destinada a ser cárcel, no sólo de ladrones y asesinos, sino también de personajes importantes. Leyendas existen muchas. Una de ellas es la del “Puente del Último Suspiro”, que dice que cuando un preso pasaba por ahí camino a los calabozos, nunca más se le volvería a ver con vida.
Aquí se localiza el Museo Arqueológico de Veracruz que abarca un par de temáticas: la primera, dedicada a la arqueología de la región, con más de 260 piezas que muestran el desarrollo de más de tres mil años de las culturas del Golfo, desde los Olmecas hasta los Totonacos y Huastecos. En la segunda, se hace un recuento de la historia de esta edificación como fuerte militar, con una muestra de armas de los siglos XVI al XIX.
Ya en tierra firme, un paseo por la ciudad resulta de mucho interés.
Un primer aspecto que no puedes dejar de admirar son sus construcciones, muchas de las cuales datan de la época colonial, como el Palacio del Ayuntamiento del siglo XVII, construcción que ha sido testigo de la conquista española, invasiones francesas y norteamericanas, así como el desarrollo moderno del puerto; por su parte, la Catedral de Veracruz o de Nuestra Señora de la Asunción, que data de 1731, fue construida con coral, cantera y decorada al estilo barroco.

La Aduana Marítima, cuya arquitectura tiene rasgos prehispánicos, fue la principal puerta de entrada y personas a territorio mexicano. El Faro de Venustiano Carranza, de estilo neoclásico, fue inaugurado en 1910 y servía para guiar a los barcos a puerto con su potente luz. Tiene al frente un reloj de la época y actualmente es sede de la Tercera Zona Naval Militar de la Marina Armada de México. Si buscas un recuerdo, la Plaza de las Artesanías te ofrece barquitos, collares de conchas, llaveros, golosinas, entre otros, hechos principalmente con productos marítimos.
En general toda la ciudad, con los colores claros de sus fachadas, brinda una sensación de paz y armonía.
DE CARNAVAL
Uno de los eventos que distingue al Puerto de Veracruz, ciudad alegre por naturaleza, es su Carnaval, que se celebra de forma anual entre los meses de febrero y marzo, 9 días antes del Miércoles de Ceniza. La celebración comienza con la “Quema del Mal Humor”, figura que retrata algún hecho social negativo.
Durante los días siguientes, se realizan desfiles temáticos encabezados por la Reina, sus princesas y damas de honor, en carros alegóricos y acompañados de comparsas, quienes amenizan el trayecto por las principales calles jarochas.

Esta festividad, que se celebra desde 1925 de manera oficial, termina con el entierro de “Juan Carnaval”, figura acompañada por su corte real, vestida de luto y precedida de dolientes. El cortejo llega hasta el zócalo veracruzano, en donde se lee el testamento del personaje, narrado en un tono irónico y sarcástico, donde se mencionan asuntos políticos y sociales de México.
AL CALOR DE LA NOCHE
Por las noches, un paseo por los Portales hará desbordar tu alegría, al ritmo de mariachis, canciones norteñas, tríos románticos o tradicionales sones. El Café La Parroquia es una parada obligada durante tu visita, donde un postre, un café y un ambiente ameno te esperan. Si escuchas el sonido de arpas y jaranas en la Plaza Mayor o la Plazuela de la Campana, no lo pienses más e invita a tu pareja o acompañantes a bailar al ritmo de la música jarocha.

No olvides probar una jaiba rellena, el chilpachole de jaiba, huachinango a la veracruzana, sopa de mariscos, pulpos en su tinta, “vuelve a la vida”, mondongo a la veracruzana, pámpano empapelado, calamares rellenos en su tinta, salpicón de mariscos, estofado de pollo, chipotles adobados, sopa de mariscos, ostiones en su concha, pato a la veracruzana, arroz a la tumbada, mojarras al mojo de ajo y pambazos jalapeños, entre otros, para saciar tu apetito.
BOCA DEL RIO
Como parte de la zona conurbada del puerto de Veracruz, Boca del Río es un lugar bullicioso que agrupa uno de los más modernos desarrollos hoteleros del país, pensado para la entera satisfacción de los turistas que visitan esta zona del Golfo.
Aquí existen hermosas playas, como Mocambo, Los Arcos, Los Delfines, Santa Ana o la Laguna de Mandinga, donde practicar surf, pesca, buceo o veleo; restaurantes con todo tipo de comida, tanto nacional como internacional; modernos complejos comerciales para ir de compras; centros nocturnos y de diversión para todos los gustos y edades, así como instalaciones de primer nivel donde practicar algún deporte.

Sus edificios, siguiendo con la tradición veracruzana, destacan por su blancura, sobre todo los de tipo colonial en su plaza central, como su Palacio Municipal, que en un tiempo fue estación de ferrocarril y escuela; o bien la Parroquia de Santa Ana de 1776, aunque se dice que fue la tercer iglesia en Mesoamérica, ya que sus orígenes datan de 1582.
Aquí, desde que el sol sale hasta que anochece, la actividad no cesa ni siquiera de noche y si tienes la suerte de venir en época de Carnaval, la algarabía es interminable. Del 24 al 31 de julio, con eventos religiosos, encuentros deportivos y ofrendas florales, se llevan a cabo las Fiestas de Santa Ana, patrona del pueblo.

Uno de los museos más representativos del lugar es “La Casita Blanca”, lugar que exhibe una gran variedad de recuerdos de Agustín Lara, “El Flaco de Oro”, quién dedicó a Veracruz una de sus canciones y en cuyos versos describe en pocas palabras, lo que es este lugar del Golfo de México:
Veracruz, rinconcito
Donde hacen su nido
Las olas del mar
Veracruz, pedacito
De patria que sabe sufrir y cantar…
En los alrededores existen también numerosos poblados como Alvarado, Tlacotalpan y Cosamaloapan, que son lugares dignos de visitar. En Antigua, lugar donde Hernán Cortés fundó el primer ayuntamiento y la primera capilla de México, pasear por sus tranquilas calles bajo la sombra de gigantescas higueras, resulta sumamente relajante. Pero cuidado con que te encuentres con un habitante de Alvarado, porque puedes salir albureado…
Esta es sólo una probadita de Veracruz, uno de los estados más extensos del país. Sus otras regiones, como la Huasteca, Totonaca, Altas Montañas, Los Tuxtlas y Olmeca, tienen mucho que ofrecen, tanto en cultura, aventura, zonas arqueológicas y naturales para todos los gustos y edades.
¡Conócelas!.